La gastronomía guatemalteca no es solo un conjunto de recetas. Es un puente vivo que conecta nuestro pasado con nuestro presente, un lazo que une a familias, comunidades y generaciones enteras. En cada plato se encuentran siglos de herencia, creatividad y tradición. Y es que comer en Guatemala no es solo alimentarse: es celebrar quiénes somos.
En nuestras mesas conviven los colores profundos del maíz, la fuerza aromática de los recados, la sutileza de los dulces artesanales, el calor de los caldos y la magia de la comida callejera. Cada preparación tiene una historia, un origen y un propósito: recordar de dónde venimos y por qué nuestra cultura gastronómica es única en el mundo.
La riqueza culinaria del país se debe, en gran parte, a la fusión entre la tradición milenaria maya y las influencias que se sumaron a lo largo de los siglos. Esa mezcla, llena de ingenio y sabor, dio vida a una cocina vibrante y profundamente auténtica. Aquí, los ingredientes no son simples elementos: son símbolos. El maíz, el cacao, los chiles, las hierbas, el coco, el tomate, el pescado, el pollo, el cerdo, la res, el achiote… cada uno cargado de memoria y mística.
Guatemala es también un país donde la comida refleja la identidad de su gente: cálida, generosa, trabajadora, colorida. Nuestros mercados rebosan vida; nuestras cocinas son escenarios donde se transmiten conocimientos de abuelos a nietos; nuestras celebraciones giran alrededor de un plato humeante que reúne y reconcilia.
Este recorrido gastronómico es una invitación a descubrir, con todos los sentidos despiertos, los sabores que definen a nuestra tierra. Una invitación a dejarse sorprender por la complejidad de cada receta y por la belleza de sus historias. A sentir en cada bocado el orgullo de un país que, aunque pequeño en territorio, es inmenso en cultura.
Quien prueba la comida guatemalteca suele descubrir algo más que sabor: descubre alma. Descubre manos que han cocinado con amor durante generaciones; descubre técnicas heredadas de pueblos ancestrales; descubre la sensibilidad de una cocina hecha para compartir.
Y así, plato a plato, Guatemala se revela como un destino culinario extraordinario. Desde los recados robustos que hablan de paciencia y tradición, hasta los platillos caribeños que nos llevan al ritmo y la frescura del mar. Desde la nobleza del maíz, hasta los antojitos que llenan las calles de aromas irresistibles.
Cada receta guatemalteca es un retrato de nuestra historia.
Cada sabor, un abrazo de nuestra tierra.
Cada mesa, un recordatorio de que somos un país que se cuenta a sí mismo a través del paladar.
Y hoy iniciamos este recorrido compartiendo la primera de muchas recetas que iremos presentando en los próximos días:
El Tapado, uno de los platillos más representativos y queridos del Caribe guatemalteco.
Un plato que une mar, coco, tradición garífuna e identidad en un solo abrazo de sabor. A continuación, encontrarás la receta completa del Tapado, tal como debe ser preparada y contada, para que puedas disfrutarla en tu casa y compartirla con los tuyos.
Receta tomada del libro de recetas guatemaltecas “Sabores de nuestros ancestros”, patrocinado por CMI, el cual puedes descargar de forma gratuita en el siguiente enlace:

El Tapado:
Cuando pruebas este caldo por primera vez, no entiendes qué le está pasando a tu paladar y a tu mente, simplemente no te lo puedes creer, ya que esta combinación de sabores nunca los habías probado y tus sentidos de inmediato lo reconocen y por más que piensas y trates de adivinar, no lo logras descifrar. Cuando preguntas después de probar, de qué se trata ese sabor y te dicen que tiene leche de coco y plátanos, aparte de los mariscos, empiezas a entender el porqué de su sabor y realizas por qué es uno de los platillos más queridos por todos los guatemaltecos.
Los mariscos y el toque dulce logran un sabor exótico y único. Las comunidades garífunas en el departamento de Izabal, sirven con orgullo este plato a turistas nacionales y extranjeros que se deleitan con la comida local y con toda la belleza de este mágico lugar. El sabor único del tapado es una explosión de sabores caribeños. Es un caldo cremoso y aromático, elaborado a base de leche de coco, que se cocina con variedad de mariscos, como pescado, camarones, cangrejos y almejas. A esto se le añaden plátanos verdes, yuca y otros vegetales, lo que le otorga una textura única y un sabor muy particular. Las especias como el cilantro, el achiote y el comino le dan ese toque especial que lo caracteriza… una delicia que nadie se debería perder.
Pueblos como Livingston son famosos por su preparación del tapado, que se considera uno de los mejores del país y para las comunidades garífunas es parte de su identidad. La cultura garífuna se caracteriza por su música, danza, idioma y gastronomía, siendo el tapado uno de sus platos más representativos. Lo sirven en fiestas, bodas y reuniones familiares.
Rogelio, uno de los entrevistados, es reconocido en Livingston como parte de una de las familias que sus ancestros han preparado el tapado por años. Él me comentó que su familia tiene más de 350 años de prepararlo, desde la isla de San Vicente Yurume (la Isla del despertar).
Me contó la historia del origen del nombre, que es muy simpática ya que la población garífuna lo llama “tapou” porque al estar hirviendo en la olla, emite un sonido parecido a “tapou, tapou, tapou…” Los ladinos y mestizos que visitan la población garífuna, por razones de dicción y facilidad lo llaman tapado. Hay otra variedad de tapado que se llama “tikini” que en lugar de leche de coco usan agua y harina de trigo.
Otros platos que acompañan al tapado como preparación del día a día, son el judutu (plátano machacado hecho puré que se remoja y se come con una caldereta de pescado), “rice&beans” (frijoles colorados más arroz, cocinado en leche de coco), las flitas (banano verde frito en aceite), jarabata (banano verde macerado asado en comal, que produce unas tortas sin grasa), darasa (tamales de banano verde, envueltos en hojas y hervido). Están también las alabúndigas (albóndigas de banano verde con leche de coco).
Cuenta el entrevistado que según la tradición popular, los hombres jóvenes son fuertes y musculosos gracias a la ingesta del tapado y el judutu. De hecho hay porras cantadas por los jóvenes garífunas que dicen así: “El que quiere ganar a la buga que coma tapado y judutú”, ya que es la comida de la fortaleza.
A mi parecer, es el mejor caldo o sopa que he probado alrededor del mundo y si tienes la oportunidad de visitar Izabal, no puedes dejar de probar el tapado. Es una experiencia culinaria única que te transportará a la rica cultura garífuna y te permitirá disfrutar de los sabores auténticos del Caribe guatemalteco.
Receta
Cantidad: 4 personas
Dificultad: nivel 2 de 3
Ingredientes
◆ 2 cabezas de pescado fresco
◆ 4 pescados enteros (mojarras) limpias y sin escamas
◆ 20 camarones
◆ 4 jaivas o cangrejos
◆ 1 lb de conchas
◆ 1 lb de jutes con los picos o puntas cortados
◆ 3 plátanos verdes pelados y cortados en rodajas
◆ 2 bananos verdes pelados y cortados en rodajas
◆ 2 latas de leche de coco
◆ 1 cebolla picada
◆ 2 dientes de ajo picados
◆ 2 hojas de laurel
◆ 2 ramitas de tomillo
◆ 2 tomates pelados y picados
◆ ½ chile pimiento picado
◆ 2 cucharadas de consomé de camarón
◆ 1 manojo de cilantro o zamat
◆ 1 cucharada de aceite de coco
◆ 1 cucharada de achiote
◆ Aceite vegetal
◆ sal y pimienta
Procedimiento
En una olla grande colocar 2 litros de agua y dejar hervir, agregar las cabezas de pescado, achiote, consomé y sal al gusto. Dejar hasta que las cabezas estén bien cocidas, retirar y reservar el caldo.
En una olla grande agregar el aceite de coco, sofreír la cebolla y el ajo hasta que estén traslúcidos, agregar el tomate, chile pimiento, tomillo y laurel, sazonar con sal y pimienta y dejar cocinar hasta que salga líquido. Agregar las jaivas y camarones, cocinar por unos minutos, agregar la leche de coco, el caldo, el zamat, los plátanos, bananos, conchas y jutes, cocinar por 15 minutos. Comprobar sazón.
Salpimentar los pescados y freír en suficiente aceite.
A muchas personas les gusta pasar el Tapado en un plato hondo grande y a la par la mojarra frita. O también puede servir el caldo con la mojarra dentro.

Artículo inspirado en el libro Sabores de Nuestros Ancestros, Editorial D’buk.
Texto y fotografías: José Luis Samayoa.
Publicación y distribución digital: Erika Guerra y Mike Sallés, Grupo Sallés.

